

El historiador Franz Josef Walther vive en Debrunn, pequeña ciudad de Baviera y trabaja en la universidad, fundada a raíz de la capitulación alemana en 1945. En ella se investigan las causas de la derrota y las posibilidades de reanudar en el futuro el ideal del Nacionalsocialismo.
Walther se derrumba cuando descubre el trasfondo de la ideología Nazi y su relación con Heidegger. Tras desplomarse inconsciente en la biblioteca del instituto, es ingresado de urgencia. Los médicos declaran su incapacidad laboral y lo remiten a una clínica donde permanece varios años. De vuelta a su ciudad intenta completar su rehabilitación siguiendo las normas de su psiquiatra.
Un día, pasando por el puente de Debrunn, aparece una niña de ocho años, que se presenta espontáneamente diciendo: “Mi nombre es Malinska”. Surge una profunda amistad entre ambos. En numerosas conversaciones, la niña misteriosa, le ilumina el sentido sobre la vida y la muerte, abriendo horizontes insospechados para el científico.